
Esta infusión invita a relajarse, a mirar a lo lejos y sentir que en ese instante todo está bien. Esta infusión es literalmente una caricia para el alma. La balanceada composición de manzana, canela y almendras huele y sabe a chimenea encendida, a calor de hogar, a navidad… Estos sabores se conjugan en el dulzor de la manzana y la cremosidad amaderada de las almendras, y terminan con una sensación aterciopelada de la canela, que persiste en la boca y deja una sonrisa en los labios.